miércoles, 16 de diciembre de 2020

El amor tiene muchas formas - Ingrid Malpica.

 

Norte de Santander ha sido escenario y musa de inspiración de varios escritores colombianos que han visto en sus bellos paisajes, un motivo para escribir grandes obras literarias, Triunfo Arciniegas, autor colombiano, suele ser uno de esos autores el cual se inspira en la naturaleza para llegar a redactar cientos de historias que a muchos fascinan. En esta oportunidad, daré a conocer uno de sus cuentos y nos acercara a una de las cosas sobre las cuales le gusta escribir; los unicornios; suena infantil, pero para este imaginador amante de las tardes lluviosas y de las noches de luna llena, fueron causantes de obtener varios premios otorgados en el transcurso de su vida.

En relación con lo anteriormente dicho, el cuento llamado “El país de las bellas durmientes” y que abordaremos en este caso, nos lleva a un tema muy bonito, el amor, pero no cualquier amor, sino aquel que se encuentra inesperadamente y que se pierde con la distancia. Triunfo Arciniegas nos relata allí, como el protagonista conoce a una chica amante de los libros y de los unicornios y que dicho amor llevo a este hombre a viajar por el mundo buscando un ser fantástico que solo en los libros existe.

Esto nos lleva a preguntarnos ¿Cuántas veces hemos hecho cosas imposibles de alcanzar solo por amor?, pues nuestro protagonista viajo hasta el país de las bellas durmientes en busca de lo que obsesionaba a su amada, un unicornio, pregunto y pregunto, hasta darse por vencido a tal punto de que su novia se cansara de esperar y se casara con otro. Por otra parte, es importante decir, que el amor no debe buscar un bien propio sino el mutuo, en donde una pareja tenga y compartan los mismos intereses o al menos se respeten estos sin afectar la autonomía del otro.

Tal y como lo decía Antonio Gala; “el verdadero amor no es el amor propio, es el que consigue que el amante se abra a las demás personas y a la vida; no atosiga, no aísla, no rechaza, no persigue: solamente acepta”.

Este cuento nos deja mucho que pensar respecto a aquellas personas que buscan la felicidad de su pareja a toda costa, sin importar límites ni fronteras, la mayoría de las personas piensan que amar es entregar todo sin restricciones, cuando en realidad el amor va más allá un simple significado. Aquel que piense que querer o amar a alguien es ir hasta de ir al fin del mundo por el ser amado, tiene una idea errónea y equivocada de lo que esto significa.

Hay que mencionar además el amor propio, antes que profesar amor por otra persona, es indispensable querernos a nosotros mismos, querer nuestro bienestar emocional y físico, anhelar la paz que solo se encuentra al lado de la persona ideal, a lo mejor suena cliché todo lo que se dice en este escrito, pero el amor y el amar son dos temas fundamentales en la vida de cualquier ser humano, no solo la satisfacción personal se encuentra al realizarnos como profesionales o tener el trabajo perfecto, también al encontrar a esa persona que va a compartir nuestras alegrías, tristezas, metas y tropiezos; todo esto hacen parte de la realización total de cualquier hombre o mujer.

De manera semejante, las formas del amor son muchas y diversas, no hay que olvidar la inmensidad del amor de una madre hacia su hijo, de un hijo hacia sus padres, el amor de una abuela por sus nietos y que tal el amor de un animalito por su amo, aquí quiero destacar que el amor sin importar de donde venga, tiene que ser correspondido y puro pero además sincero.

Al terminar de leer el cuento del país de las bellas durmientes, viene a mi mente una frase que en una entrevista, Charles Bukowski dijo: “El amor es parecido a cuando ves una niebla en la mañana cuando despiertas antes de que salga el Sol. Es sólo un pequeño momento, y luego desaparece… El amor es una niebla que se incendia con la primera luz del día de la realidad”.  Para muchos el amor suele ser un simple destello de luz que va y viene por la vida, dándonos ese instante de felicidad, pero que no dura.

Pero autores como Shakespeare, nos hacen ver, que el amor trasciende límites como la muerte, barreras como una familia que no está de acuerdo con una relación y la misma clase social, el cual no debería ser impedimento para cualquier amor. Triunfo Arciniegas mediante este hermoso y divertido cuento, nos quiere hacer saber, que no se puede ir tras un imposible, sí, el amor amerita muchos desafíos y sacrificios de vez en cuando, pero solo cuando vale la pena luchar por este.

Al final de todo, la felicidad solo depende de nosotros mismos y a quien le entregamos nuestra vida, alma y corazón, de igual manera Arciniegas nos deja como enseñanza en este cuento, que sin importar donde estemos y con quien, es mejor seguir nuestro instinto y en lo posible no apegarnos a una simple ilusión, a no desear el mal a esa persona que se quiso sin importar el daño que nos haya causado, la paz y el amor propio deben reinar por encima de cualquier sentimiento negativo. Vive la vida y como dijo Albert Camus “No ser amados es una simple desventura; la verdadera desgracia es no amar”.

 

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